Yo la que había jurado vencer, me doy por vencida. Hoy, miércoles 17 de julio depongo mi armadura, bajo mi espada, y abandono la batalla. Elimino mi vanguardia y mi retaguardia, dejo libre el fuerte para que sea embestido por la soledad. No, esto no es un acto de cobardía, por el contrario, creo que es lo más valiente que he hecho en mucho tiempo. Decirles, frente a frente, cara a cara, que no pude hacer nada más, que hasta aquí llegó mi papel de estratega, que dejaré que otros decidan el destino de esta legión. Los caminos, esos que hemos recorrido juntos en innumerables revueltas, quedan hoy despejados para ustedes. Bajo la mirada satisfecha de mis enemigos, esos que coreaban cantos de derrota, agacho la cabeza y les doy la victoria. Y mientras me alejo, camino sobre cenizas, sobre los cadáveres de quienes lo dieron todo y siento la mirada aguda de los buitres esperando también mi defunción. La guerra ha dejado nuevamente en ruinas la ciudad, no pude defen...
Contar las historias de lo que veo, escucho y siento de este mundo que he observado desde pequeña, fascinada, anhelando vivirlo todo. Una mirada desde esta experiencia humana que me permite ser, a la inmensidad de la vida que me queda por descubrir y redescubrir.