Tanto se ha dicho sobre el cuestionamiento primario del ser humano al percatarse de su propia existencia, que ya hasta banal parece preguntarse sobre el yo. Pero para quienes vivimos casi que en una constante crisis existencial, no solo el quién soy, hacia dónde voy, sino también, el a qué o a dónde pertenezco, se convierten en cuestiones que taladran el cerebro constantemente y evitan el disfrute pleno del presente. Justo aquí, ahora, sentada en la tranquilidad de mi guarida, no dejo de indagar sobre mi pertenencia, estará acaso relacionado con mi identidad, con el qué o con quién me identifico... y de una me alejo de esa maraña de hilos cruzados que son lo que soy, y vuelvo y me detengo ante un muro gigante con esa pregunta que apuntala mi sien, ¿a dónde CARAJO pertenezco? ¿por qué en los días malos no me hallo, no me ubico, no me encuentro? Mundo, ciudad, familia, amigos, grupos, trabajo, tantos etceteras más que deberían lograr llenar esa duda, ese algo, ese hueco. Y es qu...
Contar las historias de lo que veo, escucho y siento de este mundo que he observado desde pequeña, fascinada, anhelando vivirlo todo. Una mirada desde esta experiencia humana que me permite ser, a la inmensidad de la vida que me queda por descubrir y redescubrir.