Texto presentado al Precongreso de Estudiantes Universitarios.
Sincelejo Abril 2008.
Sincelejo Abril 2008.
Desde la administración Pastrana se viene implementando una de las más profundas transiciones de la Educación Pública, en especial de la enseñanza básica y media, pero desde hace 5 años, se vienen profundizando las transformaciones neoliberales a la educación superior en Colombia, estamos en un periodo donde se ha avanzado en la consumación de métodos de subordinación de la educación pública y de la educación en general, en su manera más abstracta, a las dinámicas del mercado.
En la actualidad observamos que la vida universitaria es solo un paso más para que hombres y mujeres jóvenes nos preparemos para ser mano de obra barata. La idea de que la universidad es un espacio de educación para la transformación, para pensar la sociedad, para la creación y comunicación de saberes, está cada vez más alejada de la realidad. Hoy en día entre más corta, técnica y menos “filosófica” sea la carrera más productivo será el profesional para el mercado.
Para lograr la aplicación de leyes y políticas que permitan el tratamiento como mercancía de la educación del pueblo colombiano, los diferentes gobiernos sen han valido de diversos métodos para dividir y amainar los bríos de las organizaciones que defienden la educación pública como un derecho de todas y todos.
La imposición de rectores para recuperar la gobernabilidad, la macartización de la lucha estudiantil, el recorte de los recursos destinados a las universidades públicas, entre otras, son algunas de las medidas que el movimiento estudiantil ha tenido que salir a denunciar. El impacto de estas medidas en las universidades y en las organizaciones ha sido notorio, el debilitamiento de las organizaciones es claro, referentes como la FEU, FUN, entre otros, hoy en la Universidad de Cartagena, no cuentan con la dinámica y la fuerza que antes mostraban. Por ello el esfuerzo principal para este periodo debe estar enfocado hacia la construcción organizativa, desde la base, de organizaciones que se acerquen más a los sentires del estudiantado.
La ACEU, como referente gremial, no puede quedarse al margen de estas realidades, si bien es cierto que en años anteriores la principal línea de trabajo estaba enfocada en la unidad del movimiento estudiantil, hoy, sin desconocer la relevancia de este tema, no podemos centrarnos en esto.
La Asociación en las diferentes universidades debe reconocer los cambios en las características del estudiantado, sus intereses las diversas formas de agremiarse, por ello debemos impulsar la realización de actividades artísticas, deportivas, académicas, que permitan integrar estos elementos a la agenda de movilización nacional.
La ACEU que necesita hoy el movimiento político y social del país es una organización que cuente con una base juvenil, que desde diversos espacios, y no solo desde las universidades públicas, sino también las privadas, se plantee como tarea principal continuar abanderando los procesos de resistencia y movilización desde nuevas miradas, planteando propuestas alternativas o complementarias a los proyectos de contrarreforma a nivel nacional y local, pero de igual manera una ACEU que se inserte en la problemática de ciudad y del País vista desde la universidad.
En términos generales hoy más que nunca la educación en Colombia necesita de una organización gremial que no se enclaustre en las paredes de un edificio, sino que salga a las calles, se movilice, pero también que participe y discuta sobre el futuro de nuestro País.
En la actualidad observamos que la vida universitaria es solo un paso más para que hombres y mujeres jóvenes nos preparemos para ser mano de obra barata. La idea de que la universidad es un espacio de educación para la transformación, para pensar la sociedad, para la creación y comunicación de saberes, está cada vez más alejada de la realidad. Hoy en día entre más corta, técnica y menos “filosófica” sea la carrera más productivo será el profesional para el mercado.
Para lograr la aplicación de leyes y políticas que permitan el tratamiento como mercancía de la educación del pueblo colombiano, los diferentes gobiernos sen han valido de diversos métodos para dividir y amainar los bríos de las organizaciones que defienden la educación pública como un derecho de todas y todos.
La imposición de rectores para recuperar la gobernabilidad, la macartización de la lucha estudiantil, el recorte de los recursos destinados a las universidades públicas, entre otras, son algunas de las medidas que el movimiento estudiantil ha tenido que salir a denunciar. El impacto de estas medidas en las universidades y en las organizaciones ha sido notorio, el debilitamiento de las organizaciones es claro, referentes como la FEU, FUN, entre otros, hoy en la Universidad de Cartagena, no cuentan con la dinámica y la fuerza que antes mostraban. Por ello el esfuerzo principal para este periodo debe estar enfocado hacia la construcción organizativa, desde la base, de organizaciones que se acerquen más a los sentires del estudiantado.
La ACEU, como referente gremial, no puede quedarse al margen de estas realidades, si bien es cierto que en años anteriores la principal línea de trabajo estaba enfocada en la unidad del movimiento estudiantil, hoy, sin desconocer la relevancia de este tema, no podemos centrarnos en esto.
La Asociación en las diferentes universidades debe reconocer los cambios en las características del estudiantado, sus intereses las diversas formas de agremiarse, por ello debemos impulsar la realización de actividades artísticas, deportivas, académicas, que permitan integrar estos elementos a la agenda de movilización nacional.
La ACEU que necesita hoy el movimiento político y social del país es una organización que cuente con una base juvenil, que desde diversos espacios, y no solo desde las universidades públicas, sino también las privadas, se plantee como tarea principal continuar abanderando los procesos de resistencia y movilización desde nuevas miradas, planteando propuestas alternativas o complementarias a los proyectos de contrarreforma a nivel nacional y local, pero de igual manera una ACEU que se inserte en la problemática de ciudad y del País vista desde la universidad.
En términos generales hoy más que nunca la educación en Colombia necesita de una organización gremial que no se enclaustre en las paredes de un edificio, sino que salga a las calles, se movilice, pero también que participe y discuta sobre el futuro de nuestro País.
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