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Silvio, una vez más...

Silvio, una vez más…
Marta Bonet • La Habana
Tomado de la revista de cultura cubana La Jiribilla. Año X, 7 de septiembre de 2011


"...los amores cobardes no llegan a amores ni a historias, 
se quedan ahí, ni el recuerdo los puede salvar, 
ni el mejor orador conjugar."

Es este uno de los versos que más ha marcado mi vida dentro de la vasta poesía del trovador Silvio Rodríguez, y es, por supuesto, el primero que vino a mi mente cuando terminé de leer la respuesta a un internauta puesta en su blog Segunda Cita y la carta que, de conjunto escribiera con Pablo Milanés en el año 1986, ante una provocación de Carlos Alberto Montaner, el mismo que hoy arremete contra Silvio para ponerlo en lo que llama “andanada oficial contra Pablo Milanés”.

No es andanada oficial, es la defensa a toda prueba del AMOR, así, con mayúsculas, el que Silvio ha profesado durante toda su vida con valentía, honestidad y en consecuencia con sus principios. No es un amor cobarde el de Silvio, es el amor que hay que recordar y repensarse para sostener los más sagrados valores de esta revolución, la misma que ha defendido con su guitarra y sus poemas-canciones a pie de obra, desde aquel día en que cantó “te doy una canción y digo patria”, otro verso convertido en trinchera para todos los cubanos que creemos en lo que estamos fundando y ayudando a crecer más y más. Es la continuación de una obra que no ignora su historia ni la sangre derramada para que hoy podamos mirar a nuestros hijos crecer con dignidad.

Es el mismo Silvio que, en nombre del amor, hoy le canta a los barrios desde el escenario más humilde; el que le lleva su mensaje de solidaridad y paz a los encarcelados por la causa que fuere y sin distinción, allí, en las prisiones donde cumplen su sanción; el mismo que hace la gira por la patria, que la sabe imperfecta pero es la nuestra.

Es el que le recuerda a su antiguo compañero de batalla que a la patria se le ama y se le juzga para verla crecer desde nosotros mismos —"la Patria es ara y no pedestal" como dijo Martí— y no desde escenarios foráneos donde, en todo caso, habría que cantar "amo esta isla, soy del Caribe, jamás podría pisar tierra firme porque me inhibe"… versos de Pablo que se inscribieron en la historia de este pueblo hace más de veinte años.

Soy parte de una generación de la joven musicología cubana que creció arropada por la ternura de las canciones de Teresita Fernández pero también con la energía y la fuerza de la nueva propuesta musical y poética del Grupo de Experimentación Sonora del ICAIC, que promulgaba cambios en la estética musical de la trova y que cantaba a la par de los procesos revolucionarios que se gestaban, guitarra y fusil al hombro, mirada limpia y segura, paso firme y andar de prisa. Así conocimos "La era está pariendo un corazón" y "Un hombre se levanta" de Silvio Rodríguez, esta última interpretada por Sara González; "Canción por la unidad latinoamericana" de Pablo Milanés; "Te amaré" de Vicente Feliú; "Es más te perdono" de Noel Nicola; entre tantas otras creadas en un movimiento que nos enseñó a pensar y también, por qué no, a defender la revolución desde la música, desde la cultura, desde el AMOR. El amor que, en este mundo de hoy, globalizado, cruel y despiadado, no perdona los amores cobardes.

Por eso, ante la ira y el dolor de todo lo que ha sido escrito y dicho; ante la cínica exhortación a que los cubanos recuperemos la coherencia ética y la libertad afectiva, levanta la mano el poeta de estos tiempos y te veo llegar de entre los muchos que no renunciaremos a morir como hemos vivido.

Gracias Silvio, una vez más.

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