Un jolgorio contenido se siente en el ambiente. Apenas faltan 4 días para el carnaval. Han sido meses de ensayos, correrías, discursos, vallas, besos al aire, sonrisas forzadas, sudores (y olores) compartidos, conciertos, brazos levantados, tejas, buses y billetes de 50. Y todo el tiempo con careta y disfrazados de arlequines impolutos a los que ni se les nota la manchita de mermelada. Reconocer toca que a la comparsa del domingo 9 le ha tocado duro. Pobrecitos.
Contar las historias de lo que veo, escucho y siento de este mundo que he observado desde pequeña, fascinada, anhelando vivirlo todo. Una mirada desde esta experiencia humana que me permite ser, a la inmensidad de la vida que me queda por descubrir y redescubrir.